CIUDAD DE MÉXICO — La ganadería ilegal en Centroamérica ha llevado a la propagación de un parásito mortal que se creía erradicado y los conservacionistas piden controles más estrictos antes de que llegue a México y los Estados Unidos. La aparición del gusano barrenador del nuevo mundo (Cochliomyia hominivorax) —la larva de una mosca que infecta a animales de sangre caliente— es la consecuencia directa del tráfico de ganado a través de áreas protegidas de Centroamérica, dicen los conservacionistas. “El gusano barrenador subraya una necesidad urgente de más regulación en el comercio de ganado a través de Mesoamérica, ya que el movimiento ilegal de animales agrava tanto los problemas ambientales como los sanitarios”, dijo Chris Jordan, Director de América Latina de Re:wild, un grupo de conservación. “[…] Enfrentarse a esto requiere cooperación de las empresas, los líderes de la industria y los gobiernos, que deben redoblar esfuerzos para impedir que el contrabando de ganado cruce fronteras sin control”. El gusano barrenador del nuevo mundo pone sus huevos en las heridas abiertas del ganado y otros animales, lo cual hace que las larvas se alimenten de tejido vivo hasta que el anfitrión muere. Puede ser desastroso para la agroindustria y los países que dependen de las exportaciones ganaderas. Una campaña conjunta de Estados Unidos en los años ochenta y noventa ayudó a erradicar el gusano barrenador de Centroamérica y México. Pero el año pasado, la mosca reapareció de forma inesperada, esta vez en Panamá. Los expertos creen que viajó desde Sudamérica…This article was originally published on Mongabay
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