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Quién es J.D. Vance, el compañero de fórmula electoral de Trump

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El autor y capitalista de riesgo, J.D. Vance, ha sido elegido por el expresidente Donald Trump como su compañero de fórmula para vicepresidente en la carrera electoral hacia el próximo noviembre.

Vance superó a otros finalistas como el gobernador de Dakota del Norte, Doug Burgum, y los senadores Tim Scott y Marco Rubio. El anuncio se realizó en el primer día de la Convención Nacional Republicana en Milwaukee, mientras los delegados emitían sus votos para la nominación.

Un artículo de POLITICO brinda un perfil detallado del senador republicano, en el que destaca su posición como un firme defensor de la industria petrolera, quien respalda la perforación y la fracturación hidráulica, y critica las fuentes de energía renovables. También expresa escepticismo sobre la influencia de la actividad humana en el cambio climático.

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Desde su ingreso al Senado en 2023, Vance ha respaldado consistentemente los intereses del petróleo y el gas, señalando al presidente Joe Biden como una amenaza para la energía estadounidense.

Según datos de Open Secrets, la industria energética contribuyó con más de 283 mil dólares a la campaña electoral de Vance en 2022, lo que lo posicionó como uno de los candidatos con mayor financiamiento proveniente de dicho sector.

La influencia de Vance en el cálculo político, particularmente en estados como Pensilvania, importante productor de energía, podría ser significativa, señala el artículo. Asimismo, su elección como compañero de fórmula de Trump demuestra una estrategia enfocada en ganar el apoyo de los trabajadores y agricultores estadounidenses en diversos estados. Mike Chadsey, portavoz de la Asociación de Petróleo y Gas de Ohio, elogió a Vance por su comprensión de la industria petrolera y sus prácticas.

J.D. Vance se alinea estrechamente con las posturas del expresidente Donald Trump en materia de energía y defiende vehementemente prácticas como la fracturación hidráulica o fracking. En un artículo de opinión de agosto pasado, Vance destacó la importancia de tecnologías como la perforación horizontal y la fracturación hidráulica para aprovechar los recursos naturales presentes en la cuenca de petróleo y gas de esquisto de Utica, en Ohio.

El senador ha respaldado iniciativas legislativas como la Ley de Energía y la Ley Stove, en un esfuerzo por proteger la industria energética y manufacturera nacional. Vance ha mostrado su oposición a las políticas de la administración de Joe Biden que, según él, podrían perjudicar a los trabajadores estadounidenses, como la suspensión de aranceles a los componentes solares chinos. Asimismo, presentó un proyecto de ley para derogar el crédito fiscal federal para vehículos eléctricos, y propone en su lugar créditos fiscales para vehículos fabricados en Estados Unidos impulsados por gasolina o diésel, bajo el nombre de «Drive American Act».

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Testimonio de la pobreza y la desesperación en EE.UU.

«Vance se convirtió en una figura polarizadora a escala nacional en 2016 cuando publicó sus memorias, Hillbilly, una elegía rural sobre su infancia en el suroeste de Ohio. Los seguidores del libro lo elogiaron como un retrato de cómo escapar de la pobreza generacional en una de las regiones más deprimidas de Estados Unidos, a través de la educación».

Así lo explica el texto de POLITICO. Graduado de la Facultad de Derecho de Yale, Vance emerge como un observador y portavoz de la compleja realidad de la clase trabajadora blanca marginada en Estados Unidos.

En una entrevista para The American Conservative, el periodista y autor Rod Dreher —quien comparte los criterios del senador de Ohio— explica que la obra autobiográfica de Vance se erige como un testimonio poderoso de las vicisitudes y las fortalezas de este estrato social relegado, paralelo al impacto que el emblemático escrito de Ta-Nehisi Coates, Entre el mundo y yo, tuvo en la representación de los negros pobres en la esfera pública.

Conocedor en carne propia de la pobreza y turbulencias que enmarcan la vida en los Apalaches, Vance arroja luz sobre una realidad que las élites predominantes desestiman. Relata la desoladora situación que afrontan numerosas comunidades donde la adicción a la heroína se ha enraizado hasta superar en cifras las muertes por causas naturales. La descomposición social, marcada por la inestabilidad familiar y la presencia constante de la delincuencia, se ve agravada por la aridez económica, «desde las fábricas que cierran sus puertas hasta las calles principales con nada más que tiendas de dinero en efectivo por oro y casas de empeño», dice Vance a Dreher.

El abandono por parte de los partidos políticos tradicionales ha llevado a esta comunidad a buscar respuestas en figuras como Donald Trump, cuyo discurso apocalíptico resuena con sus experiencias cotidianas.

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«Donald Trump al menos lo intenta», afirma Vance, quien, inicialmente crítico del entonces presidente en la campaña de 2016, después experimentó una transformación significativa hacia una postura proTrump durante su postulación al cargo senatorial en 2022. Vance adoptó un discurso en sintonía con las políticas del expresidente, criticando los movimientos «woke» y modificando su enfoque respecto al cambio climático.

Según Vance, la popularidad de Trump radica en que representa a alguien que no teme decir lo que piensa, algo que muchos en la clase trabajadora blanca ven como una cualidad admirable. A diferencia de los políticos tradicionales, el exvicepresidente se ha destacado por romper con la corrección política y por hablar de una forma más cercana a la realidad de la gente común. Por lo tanto, para muchos de sus seguidores Trump es alguien con quien se pueden identificar y sentir representados, a pesar de su posición privilegiada y formación académica elitista.

La Nueva Derecha de J.D. Vance

La posición política de J.D. Vance se inserta en el contexto de la «nueva derecha de Estados Unidos», un movimiento que abarca una amplia gama de influencias y antecedentes políticos descritos por el ensayista y periodista James Pogue. En sus palabras, la nueva derecha tiene una diversidad de influencias que van desde los monárquicos jacobitas del siglo XVII hasta críticos culturales pseudomarxistas, feministas reaccionarias y figuras controversiales como Ted Kaczynski, famoso por enviar cartas explosivas en Estados Unidos durante la década de 1990.

Esta corriente política no se alinea con el tradicional movimiento conservador estadounidense sino que se presenta como un entramado de marcos críticos hacia los sistemas de poder y propaganda, lo cual desafía lo que muchas personas consideran la versión convencional de cómo funciona el mundo. En contraposición a la narrativa estadounidense del siglo pasado, que prometía un futuro mejor gracias al crecimiento económico y la innovación tecnológica, esta visión del mundo se posiciona en un enfoque alternativo y transgresor.

La nueva derecha estadounidense presenta una amplia diversidad de corrientes y enfoques, desde el conservadurismo nacionalista y los postliberales, quienes abogan por un retorno a valores tradicionales, identidad religiosa y un papel activo del Estado en la promoción de la familia y la moral, hasta la llamada «verdadera élite intelectual», formada por escritores, podcasters y usuarios de X —antes Twitter—, que critican el individualismo liberal, el tecnoautoritarismo y la burocracia gubernamental.

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Dentro de estos extremos ideológicos, dice Pogue, Vance se posiciona en un punto intermedio, fusionando influencias disidentes en línea con un tradicionalismo arraigado en la derecha estadounidense.

Seguidores de Trump hacen gala de su fervor político en la Conferencia de Acción Política Conservadora de 2023 (Foto: EFE)

Con una visión crítica hacia la élite educada y culturalmente liberal, plantea la disparidad entre los intereses económicos y culturales de esta élite y los de comunidades como Middletown, Ohio, donde él creció. Para Vance, la desatención hacia lo que denomina como la «economía real», representada por trabajos agrícolas y fabriles, evidencia una brecha generacional y cultural significativa respecto a la generación de derechistas reaganistas. En su percepción, la guerra cultural es tanto una lucha ideológica como una cuestión de clases sociales.

Pogue cita una entrevista que le hicieron a Vance en 2022:

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«Tengo que ser honesto con usted, realmente no me importa lo que le pase a Ucrania», una broma que hace alusión al hecho de que cree que el orden global liderado por Estados Unidos tiene tanto que ver con enriquecer a los contratistas de defensa y a los miembros de los think tanks como con defender los intereses de Estados Unidos. «Me preocupa el hecho de que en mi comunidad, en este momento, la principal causa de muerte entre los jóvenes de 18 a 45 años es el fentanilo mexicano».

Esta opinión contrasta con lo que piensa sobre el apoyo a Israel. En un discurso en 2023 en el Instituto Quincy, Vance defendió el apoyo de Estados Unidos a Israel como un pilar fundamental de una política exterior «America First».

«Apoyo a Israel y su guerra contra Hamás. Ciertamente admiro a los ucranianos que luchan contra Rusia, pero no creo que sea del interés de Estados Unidos seguir financiando una guerra prácticamente interminable en Ucrania», dijo Vance. «Es un poco extraño que esta ciudad asuma que Israel y Ucrania son exactamente lo mismo. No lo son, por supuesto, y creo que es importante analizarlos en categorías separadas».

Vance critica la postura del presidente Biden frente a la guerra contra Palestina, y lo acusa de demorar la entrega de armas a Israel.

Del mismo modo, la visión de Vance hacia China se caracteriza por una postura hostil y una firme convicción de que el gigante asiático representa una amenaza para los intereses de Estados Unidos, compartiendo esa postura con Donald Trump.

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Una de sus posturas más extremas es su sugerencia de que el ejército estadounidense debería desviar su atención hacia China y dejar de lado otros conflictos y amenazas. Además ha abogado por la imposición de aranceles amplios a las importaciones chinas y ha presentado una legislación para restringir el acceso del país asiático al sistema financiero estadounidense.

Conexiones multimillonarias con Silicon Valley

La relación de Vance con Peter Thiel, un peso pesado de Silicon Valley, arroja luz sobre otra faceta importante del candidato: su conexión con el sector tecnológico. Aunque se ha presentado como un crítico de los gigantes del rubro, su estrecha alianza con Thiel revela una postura más matizada.

Este vínculo se remonta al trabajo de Vance en la firma de inversión global de Thiel en 2017. Posteriormente, Thiel donó 15 millones de dólares a la campaña de Vance para el Senado de Ohio en 2022, lo que le ayudó a ganar las primarias republicanas y obtener el escaño en las elecciones generales. El patrimonio neto de Thiel, valuado en 7 900 millones de dólares, destaca su influencia y poder en el sector tecnológico.

El respaldo de Thiel fue crucial para la candidatura de Vance ya que le proporcionó una ventaja financiera significativa. Un artículo de CBS News agrega:

«No está del todo claro qué podía haber querido Thiel a cambio de su generosidad —Thiel se negó a hacer comentarios para este artículo—. La filosofía de Thiel ha sido descrita como ‘tecno-libertaria’, pero los críticos dicen que tiende hacia el autoritarismo e incluso al fascismo (escribió en un artículo en una revista libertaria en 2009: ‘Ya no creo que la libertad y la democracia sean compatibles’)».  

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«Thiel, cofundador de PayPal y Palantir Technologies y uno de los primeros inversores de Facebook, también tiene intereses comerciales con el gobierno de Estados Unidos, lo que puede ser especialmente importante en un momento cuando el sector tecnológico está bajo un intenso escrutinio tanto de demócratas como de republicanos».

Con todas estas características en consideración, es evidente que Vance emerge como una figura singular en la actualidad política estadounidense. Aun con los elementos de su postura proIsrael y antiChina, sigue distinguiendose como un personaje que desafía la convencionalidad republicana establecida.

Vance logra conectar de manera significativa con las emociones y frustraciones de un sector de la población estadounidense que se siente excluido y descuidado por las élites. Su capacidad para reflejar la ansiedad de la clase trabajadora blanca marginada lo convierte en un actor clave en la narrativa Make America Great Again que Donald Trump busca revitalizar para asegurar una segunda presidencia.

Por todas estas razones, que muestran cercanía y sintonía en temas estructurales de política interna y exterior pero, sobre todo, después del atentado sufrido el pasado sábado 13 de julio, el magnate y candidato presidencial terminó por decantarse como acompañante de su fórmula para vicepresidente por J.D. Vance, un político joven no vinculado a los sectores tradicionales de la política republicana y un buen prospecto para heredar el movimiento Make America Great Again, del cual Trump es su creador.



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