La presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, sigue apostando por Teresa Ribera como candidata a convertirse en vicepresidenta y comisaria responsable de las políticas de transición limpia y de competencia. Pero el partido al que representa está dilatando el proceso para que la española asuma su responsabilidad europea, junto al resto de vicepresidentes. La tensión entre populares y socialdemócratas ha subido en las últimas 48 horas y los de Iratxe García acusan a los de Manfred Weber de romper el pacto proeuropeo.
Von der Leyen logró el apoyo de los socialdemócratas, de los verdes y de los liberales. Las grandes familias europeas votaron a favor de que la popular democristiana repitiese en el cargo. Este lunes, socialistas, liberales y populares volvieron a alcanzar un pacto: que los seis candidatos a convertirse en presidentes en la próxima Comisión Europea se evaluaran a la vez. No había fecha. Sigue sin haberla. Los de Weber ponen como condición que antes Teresa Ribera explique la gestión de la DANA ante el Congreso de los Diputados. Esto, para los socialdemócratas supone romper el acuerdo.
La política nacional española se ha colado esta semana en Bruselas, no solo en la audiencia de Ribera, también en el pleno del Parlamento Europeo celebrado este miércoles. Pero como asegura una fuente de los socialdemócratas la ruptura entre las dos principales fuerzas políticas de la Eurocámara excede las discusiones sobre la DANA y sobre la idoneidad de Ribera para convertirse en comisaria.
Los socialistas creen que el partido popular europeo les ha dejado sin margen de maniobra. Ya no existe el pacto, ni el acuerdo entre populares, liberales y socialdemócratas y además, los de Iratxe García Pérez se niegan a acordar la evaluación de los comisarios con otras familias políticas como los Reformistas y Conservadores Europeos (ECR, por sus siglas en inglés).
Pero acercarse a la ultraderecha parece la única opción que tiene Von der Leyen si no logra el apoyo de los socialistas. No sería la primera vez que los populares europeos buscan el respaldo a su derecha en la Eurocámara. Estos guiños a ECR o incluso a los Patriotas por Europa (el grupo donde está Vox) o los Soberanistas (donde se encuentra Alternativa por Alemania) ya han causado el enfado de los socios a la izquierda, que consideran que los populares se acercan a quién más les conviene sin tener en cuenta el cordón sanitario impuesto a las fuerzas de ultraderecha.
Los de Von der Leyen no han aislado a ECR. Durante la campaña electoral, la alemana dejó claro que estaba dispuesta a trabajar con la familia en la que se incluye a los Hermanos de Italia, el partido de la primera ministra italiana Giorgia Meloni. Pero con los Conservadores no es suficiente y hace alrededor de un mes los populares sacaron adelante una resolución para reconocer a Edmundo González -opositor venezolano- como ganador de las elecciones en Venezuela con el apoyo también de los Patriotas por Europa, la familia política del húngaro Víktor Orban, de Marine Le Pen y de Santiago Abascal.
Precisamente uno de los vicepresidentes que también está pendiente de su evaluación es Raffaele Fitto, el candidato que ha enviado Meloni a Bruselas. Esto podría favorecer que los populares pacten con ECR, pero si toman esta vía, tendrán que despedirse del acuerdo con los socialistas, que solo están dispuestos a aprobar a los vicepresidentes que representen a las tres grandes familias europeas: liberales, socialdemócratas y populares.
Las conversaciones continuarán en los próximos días pero lo harán con el tiempo apremiando y con una situación de bloqueo que se produce incluso antes de que la próxima Comisión haya comenzado a trabajar. Von der Leyen urge a los grupos a que se pongan de acuerdo e incluso organizó este miércoles una reunión en la sede del ejecutivo comunitario, el edifico Berlaymont, en Bruselas. El objetivo de la alemana es claro: aprobar a todos los comisarios en pleno de la última semana de noviembre y hacer efectiva la nueva Comisión el 1 de diciembre.
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